Cuando tenía creo que nueve años, en el salón de actos de mi colegio al oir mi nombre como ganadora de un concurso de dibujo, me levanté de un salto para recoger mi premio muy nerviosa y muerta de vergüenza porque había muchísima gente, entre ellos mis padres y mis compañeros de clase; iba sorteando obstáculos en la sala repleta entre aplausos, más colorada que un tomate y me dí un golpe horrible con una silla en la rodilla. No me paré, no hice ningún gesto, y no me quejé, pero ¡ostras que daño!.

El verano pasado en Sevilla, justo hace un año, estaba sentada en el escenario del antiguo Teatro Romano de Santiponce entre los nominados a las diferentes categorías de los Premios Nacionales de Teatro Amateur Juan Mayorga con el cartel que hice para la obra REFUGIO de Font Viva Teatro de Ibi, y volvió a pasar. También me nombraron para recoger el premio (óle) y también me solté con una silla en la espinilla al levantarme. Otra vez muy digna salí a celebrar como si nada, pero esta vez…¡tenía que hablar!,  agradecimientos, dedicatorias y demás…y bueno, aparte del golpe, del calor que hacía, de mis nervios, del aire que no me llegaba para respirar, de que se me trababa la lengua y que se me escapó una lagrimilla…, se me dió bastante bien. Me felicitó José Sacristan y el propio Juan Mayorga, así que tengo un recuerdo muy bonito de ese día, y aunque lo mío no sea recoger premios con elegancia, espero que me pase mas veces para seguir practicando.Y seguir cumpliendo sueños.